22 Nov Alicantinas que hablan de alicantinos
8 mujeres alicantinas hablan de hombres, de vinos y de libertad en una tertulia a propósito de #EnamorateDeUnAlicantino.
El Consejo Regulador de la DOP Alicante quiso desarrollar el debate planteado en torno a “Enamórate De Un Alicantino” y para ello reunió a un grupo de mujeres alicantinas, de diferentes sectores y perfiles que nos pudieran explicar la relación entre hombres y mujeres de la terreta.
Lógicamente cuando un grupo de mujeres se une alrededor de un buen café, un vino dulce de Alicante, o un lugar tan acogedor como el Restaurante Monastrell Alicante, las ideas y el debate brillan. Con libertad e independencia. Con naturalidad, como son las mujeres hoy en día.
La periodista Anabel Rosas, coordinaba la mesa y comenzaba yendo directamente al grano: “¿Cómo son los hombres alicantinos?”
La primera en proponer fue Carmen Ruiz, gerente de consultoría de Deloitte Alicante quien asegura que “sí tienen rasgos distintos, son muy alegres, modernos…”, lo que complementa Elena Vidal, periodista y blogger de alicantestreetstyle: “defienden mucho lo suyo”. Y el conjunto aporta nuevos descriptores que suenan bien “negociantes”, “resolutivos”, “deportistas”,… Hasta que llega la palabra “festeros”. “Claro – señala Marisa Navarro psicoterapeuta y escritora- viviendo en Alicante, nos gusta salir, el clima nos marca en eso, y al hombre le gusta salir todo el año. A cenar, comer, pasear, de pueblos…”. Incluso ellas mismas añaden “prefiero que me saquen a cenar, que cenar en casa”. Pero no digamos ya cuando se trata de moros y cristianos… “bueno, allí ya es la excusa perfecta – añade Inmaculada Pérez Cano, directora de laboratorios de IVI Alicante – todo el año preparando moros, hay miles de cosas para estar todo el año de fiestas”.
Por su parte, Teresa Albero, soprano y musicóloga, que ha trabajado en diferentes partes de España y especialmente en el País Vasco, añade que a todo el mundo le gusta salir, pero que aquí es como más explosivo – “latino” añade Anabel, algo que nos marca. Que ellos son más fríos al principio y que en nuestro caso, el alicantino, es – si acaso- más inmediato, de cambiar constantemente. “La línea de la amistad y la fiesta es más confusa”, remarca Pérez Cano.
¿A la hora del romanticismo? Dudas y gestos entre ellas. “No son tan románticos, o lo justo”, un buen piropo, pero “el romanticismo se queda en casa” ríe Elena. Lo que vuelve a alimentar esa parte social y alegre del alicantino en la que todas han estado de acuerdo.
En cuanto a las redes sociales y a su uso hoy en día, la mayoría las valora positivamente. “Son fantásticas, porque es una manera de conocer gente, sabiendo usar el tiempo y la información” indica Marisa Navarro. Todas las conocen y han probado, ayuda a encontrar “intereses en común”. Lo único es que hay que saber utilizarlas sabiendo que nunca es un espacio privado. Así indica Nieves Muñoz, bióloga y consultora agroalimentaria y que representa en esta ocasión a la Asociación Provincial de Mujeres Empresarias, AEPA. Además, no pasa solo en las páginas especializadas, ahora te pueden encontrar por cualquier red, desde Facebook a Instagram.
Luego, el tema se abre a la situación del hombre en la sociedad actual y cómo ha influido la liberación de la mujer. “Las leyes cambian más rápido que la sociedad”, es el resumen de Inmaculada para describir la situación actual. Hay muchos avances teóricos, pero falta todavía mucho en lo emocional, lo cultural. Especialmente en los más jóvenes. Algunas chicas de hoy, no están tan avanzadas como pensamos. “En los pueblos se ve mucho este cambio, entre jóvenes de 17 años, por ejemplo” como los que trata Albero. Y aquí se desarrollan temas que están todavía pendientes como el no tener pareja, el no buscarla o no buscar la maternidad, … donde no es el hombre, sino la propia mujer, la que condiciona la libertad y poder de decisión de la mujer. “Enseguida te casas, te están preguntando por los niños” indica Carmen Ruiz. Y en el ambiente laboral, también sucede.
Anabel Rosas indica que como mujer y madre, lo primero es quererse a sí misma y que cuando eso lo ven tus hijos y tú entorno, acaban entendiéndolo y sintiéndose mejor ellos mismos. “Nos han metido en la cabeza que tenemos que ser sólo una cosa y estamos llenas de posibilidades”, más cuando hemos aprendido que “podemos hacerlo” subraya Nieves Muñoz, “somos más fuertes de lo que creemos”.
El remedio, como indica Marisa Navarro es hacerse más veces la pregunta de “¿Y qué?¡”, para que la propia mujer se vaya quitando sus propios miedos. Pero también añade que hay que dejarle un espacio al hombre, porque hoy en día se encuentran un poco aturdidos por el cambio que ha experimentado la mujer. Muchas veces le gana posiciones y lo hace a veces sin entender que la forma de mirar las cosas de un hombre es diferente. “Hay que aprender a focalizar”, “hay que dar clases de cómo es un hombre”, “son capaces de hacerlo, pero hay que darles su tiempo”, comentan entre ellas.
Y la comunicación en este sentido es importante “no dejar que las cosas vayan ni aparezcan solas” porque es cuando aparece el conflicto. Hay que llevarse bien con el hombre, pactando cosas con él y crear una generación de niñas fuertes, felices, sin miedo a la dependencia ni a la felicidad externa.
Por último, las participantes pasan a hablar de alicantinos, pero de vinos. Y están de acuerdo en que les gusta el vino. Cada vez más. Hay muchas variedades, tipos, y los Vinos Alicante DOP “han cambiado mucho” “tienen ese toque chic”. Han aprendido a elegirlos, a leer sus historias, consultar su etiquetado. “Cada vino tiene su personalidad y, como con las personas, cada uno tiene su intriga”, describe Anabel.
Sin duda, están de acuerdo en que hay que vender lo nuestro porque somos muy ricos además hay una calidad probada y muchas posibilidades de combinar.
Y la tertulia acaba con un brindis final y una sonrisa franca entre todas las participantes. Como ese vino dulce de moscatel y otro de monastrell con los que han amenizado tan inteligentes temas. Una vez más, el vino acaba uniendo y promoviendo el debate. Uniendo a mujeres y hombres, alicantinas y alicantinos, en torno a una copa.
Quizás sea eso -el hecho de brindar más- lo que sea necesario para una mejor relación entre todos. Comunicar más. Pactar más. Brindar más. Para que todos seamos libres y felices. Eso sí, enamora.
Brindemos por ello.