VINOS ALICANTE DOP

En 1510 Fernando el Católico, Rey de Aragón, otorgó a la ciudad un privilegio excepcional. El privilegio del vino por el que se constituía la “Junta d´Inhibició del Vi Foraster d´Alacant” (en adelante JIVFA). Un documento por el se prohibía la entrada de vinos de fuera del término de la ciudad para su comercio o salida a través del puerto. Y un documento en el que comenzaba a crearse una organización que por su estructura y organización, sentó el precedente de lo que hoy es una denominación de origen. Mucho antes de que las mismas se creasen en la conferencia de París en el año 1896.
1510
Fernando el Católico, Rey de Aragón, otorgó a la ciudad el privilegio del vino, por el que se constituía la Junta d´Inhibició del Vi Foraster d´Alacant.
Alicante sentaba así los precedentes antiguos de algo que hoy conocemos y manejamos con bastante soltura: la trazabilidad alimentaria, la regulación en pos de un origen o calidad y el control de un producto.

Ese producto no era cualquiera. Era el “vino de Alicante”, una marca que ya llevaba siglos conociéndose por otros lugares europeos como un símbolo de calidad. Alicante y sus diferentes versiones a otros idiomas y geografías (lekuant, cántara, licank, etc.) eran: o un vino bueno, o un color, o un nivel de calidad. Y esos valores había que protegerlos de la falsificación o adulteración… esos vinos tenían que tener una garantía y eso es lo que comienza a estructurarse en 1510, un hito histórico que la actual Denominación de Origen quiere poner en valor.

Son muchos los valores, no obstante, que esta figura de calidad atesora: desde su territorio, su clima, la influencia del sol y el mar en la configuración de sus vinos, su tradición enológica, la sostenibilidad de su viñedo en el entorno actual, sus variedades principales y las perdidas, su tonelería o pipas, las torres de la huerta y sus bodegas, o localidades con una vasta tradición de vino; pero es su historia, durante más de 3000 años uno de los elementos de más calado y significación que toca poner en valor y seguir difundiendo para las generaciones futuras, tanto de enólogos como de consumidores que quieren estar al día de la cultura del vino.

ANTECEDENTES DE LA CREACIÓN DE LA JUNTA

Desde 1268 en todo el territorio de la corona de Aragón, el rey Jaime I crea “Establiments del vy” por el que muchas ciudades tratan de regular su producción y comercio de su vino. Y por ejemplo en El Llibre del Mustaçaf de Alicante, se regulan en 1370 las mezclas de vinos. Así la propia ciudad durante diferentes reinados desarrollará más medias que otras para regular su producción, comercio y posible adulteración.

Pero antes de 1510, Pedro de Osma reclama al rey que se tomen medidas contra la entrada masiva de vinos en la ciudad. Algo estaba pasando para que se demandase más control y regulación específica sobre este producto. Y es que además de intereses económicos, estaba el asunto de la exportación y el cuidado de la calidad. Por eso lo excepcional es la creación de este privilegio, su ratificación.

1268
Jaime I crea Establiments del vy por el que muchas ciudades tratan de regular su producción y comercio de su vino.

LA JIVFA

Por eso es excepcional la creación de este privilegio que desarrolla medidas y controles a través de una estructura propia. La misma organización se irá ratificando en años posteriores (nos consta documentación de 1680, 1699, 1749, 1762 ó 1775) cuando en otras localidades apenas existe. Y el nivel de desarrollo encontrado a través de las actas y documentación complementaria generada y conservada en estos momentos da idea del desarrollo de una estructura por y para el vino de Alicante, de una gran modernidad.

La Junta se establece dentro del propio Ayuntamiento de la ciudad y es ahí donde se desarrolla y se tutela con participación de diferentes agentes.

El siglo XVIII
Con una estructura muy desarrollada, la Junta se establece dentro del propio Ayuntamiento de la ciudad.

QUIÉNES FORMABAN LA JUNTA

Se forma con el regente del Consell general, tres jurados municipales y 17 consellers o “prohombres” de la ciudad.

Ocasionalmente aparecen miembros del clero. Entre los consellers estaban además los de rango más bajo, entendiendo con ello que hubiera una cierta participación popular. No hay por ejemplo comerciantes o distribuidores. Eso sí, hay que sobreentender que entre el grupo principal se encontraban alguno de los principales cosecheros a través de las grandes fincas de la Horta D´Alacant.

Durante su funcionamiento el nº de vocales va variando. Se le suma el escribano municipal y otros cargos. El modelo es similar al constituido actualmente en un consejo regulador, aunque a la inversa en este caso moderno, pues el gobierno está en manos de los propios productores y no la administración que tutela, pero no interviene.

La elección de los hombres es además por votación, mediante un curioso sistema arbitrario de sacos con habas y propuestas que viene del medievo.

Las reuniones se convocaban varias veces al año, aunque por lo registrado es casi fija una reunión en noviembre, cuando la cosecha se va a cerrar. Y otras tantas para tratar asuntos de pleitos, incidencias, etc. Las reuniones tienen lugar primero en el “archiu de la sala nova” y posteriormente a la sala capitular que correspondería al actual salón de plenos del ayuntamiento.

El vino que sale al puerto de la ciudad para su exportación, tiene que ser, según el modelo establecido, únicamente el de la ciudad.

UNAS FUNCIONES ESPECÍFICAS

Hay una regulación durante toda su existencia entre la producción en cada campaña (actualmente las declaraciones de cosecha) y el vino comercializado, para que sea veraz y transparente. No puede ser más similar el control tal y cómo hoy se realiza en el Consejo Regulador.

Y para controlar el comercio, la junta crea un sistema de vigilancia desde el campo hasta el consumidor. Clave en el proceso son las puertas de entrada a la ciudad que son auténticas aduanas donde se ha de presentar toda la documentación de origen del vino y donde se establecen cargos de control.

Asimismo, el consumo en las tabernas es vigilado para que sean destino final, pero también para que no se adulteren en ellas. Y en ese sistema incluso se desarrolla cierto modelo de cata, muy primitivo, por el que los agentes “parecen” detectar el vino que no es de la ciudad por algunos rasgos como color o aromas. Y como no, está el vino que sale al puerto de la ciudad para su exportación, que tiene que ser, según el modelo establecido únicamente el de la ciudad.

Las funciones detalladas incluyen el patrocinio y mecenazgo están descritas con detalle en el documento completo.

DESARROLLO DE LA ESTRUCTURA

Para todo este sistema hay un gran detallado de cargos. Para ellos llega incluso a establecerse criterios de selección específicos, sueldos y hasta sus revisiones. Y es destacable la vinculación ética que se establece entre algunos de vital responsabilidad, caso de los comisarios, en donde de detectarse fraudes por su parte, se les somete al escarnio o “desdoro” profesional.
Los cargos

Síndicos

Comisario del vino

Comisarios de visita

Fieles de puerta

Guardas del vino

Depositarios del vino

Oficiales de secretaria

Aduanero

Corredor y trompeta

Procurador

Encuadernador

HASTA CUÁNDO FUNCIONÓ

La JIVFA funciona de forma constante, aunque durante muchos años se comprueba la tensión por aumentar el comercio por parte de algunos, incluso por el propio puerto, en contra de los vigilantes de la autenticidad del “vi de la horta”. La situación es patente conforme los tiempos, el liberalismo, o los propios Borbones llegan al poder. Pero la situación se prorroga tiempo.

Será en 1831 cuando se redacta el bando por el que se inhabilita el bando de la vendimia, lo que supone la pérdida del control sobre la cosecha y ya, de la estructura creada desde el campo hasta el consumidor.

OTROS ELEMENTOS REGISTRADOS EN LA JUNTA

Aunque hoy entendemos el vino con mucha más información técnica sobre variedades, enología, cata, tipos de vino, etc. Lo importante es que la junta también, aunque no con el mismo tecnicismo actual, sirve para darnos información de la enología y viticultura de la zona. Aunque desde luego, son los de “fuera” los que más hablaran del perfil de ese vino de Alicante (colorante, llameante, con fuerza…).

En términos básicos, se diferenciaba el vino joven del añejo, para distinguir lo propio de cada cosecha de lo que podía ser guardado.

Registro de variedades
Pero hay menciones además al vino blanco, Vermell, a las malvasías y moscatel (Vermell o blanc), vinos de pasa, romanía, vernaccia, bastardo, y por supuesto, aunque en época más tardía el aloque (clarete) y el fondillón.

LA EXCEPCIONALIDAD DE LA JUNTA

La creación de este modelo y la conciencia de que había una marca y prestigio que conocer, así como los registros que han sobrevivido sobre la misma tanto en el archivo municipal de Alicante, como en de la Corona de Aragón; unido a las referencias míticas sobre el vino de Alicante nos da hoy en día una visión excepcional de una historia sin parangón entre los vinos europeos. De hecho, ya que hoy en día las propias DDOO son reguladas por el propio organismo central, y por lo tanto el significado de este vino, su protección y su difusión son un hecho que otorga al vino Alicante una profundidad y persistencia, a la altura de los rasgos organolépticos de sus propios vinos.

HOY EN DÍA

El sector del vino Alicante DOP presente hoy en unas 10.000 hectáreas, unos 2000 agricultores y cerca de 45 bodegas es el responsable de contar y proteger esta herencia historia ( ver listado bodegas) y este viñedo de su desaparición.  Pues sin vino todo sería historia vacía y el vino Alicante DOP continua hoy en cada añada y botella de esta historia sin parangón.