Luis Gutierrez, un español en la corte de Parker.

Luis Gutierrez, un español en la corte de Parker.

Recibir en la DOP Alicante a Luis Gutierrez ha sido todo un gustazo y un honor.

Y eso a pesar del vértigo inicial, porque la fama de la publicación y la responsabilidad de las puntuaciones de “The Wine Advocate” se han convertido en un auténtico peso dentro de la comunicación y el comercio global del vino. Si a eso le añadimos que en este caso sea un catador español, que acuda a la zona como una de sus primeras visitas en su programa de catas y que tenga ante sí un volumen importante de vinos (seleccionados por el mismo), pues se puede entender la responsabilidad ante él y ante el sector.

Sin embargo, todo ha sido muy fácil y es que la naturalidad de Luis Gutierrez ha hecho cómodo y relajado este trabajo. Y lejos de esos catadores llenos de méritos, premios o engolamientos con los que a veces nos encontramos, ha predominado en él su amor y su respeto hacia el vino. Su prudencia ante este nuevo reto personal y su interés por catar bien, siguiendo su ritmo, sin estar afectado por nada de lo de alrededor, por hacer bien un trabajo del que, es consciente, tiene una gran repercusión.

Luis es abulense pero educado en Madrid y con formación informática. En los años 90 comienza a interesarse por el mundo del vino y lo que es una afición se convierte en una pasión que le ha llevado a dedicarse a la comunicación del mismo en exclusiva. Bien como fundador de elmundovino.com; o colaborando con Jancis Robinson en los dos últimos años o en publicaciones como “1.001 vinos que hay que catar antes de morir” o en “The finest wines of Rioja and northwest of Spain”.

Desde hace pocos meses es el catador para “The Wine Advocate” de España, Chile y Argentina.

Luis Gutiérrez The Wine Advocate

Un español en la corte de Parker, todo un reto, ¿no?

Bueno, es un reto, una oportunidad… Desde luego que un cambio muy grande para mí.

Qué pesa más ¿la responsabilidad como español ante el sector del vino de España, o la responsabilidad personal como técnico independiente?

La prioridad en estos momentos está en informar y guiar a los lectores de la publicación. Ese es mi trabajo. Ayudar a encontrar los vinos que están buscando y que les pueden gustar. Lejos de lo que a mi me pueda gustar o no.

Para mi es importante ser español porque conozco el país, los vinos la cultura, y todo eso es lo que puedo transmitir; pero no me condiciona, es sólo una ventaja.

¿Cuál cree que son los factores que han elevado la publicación The Wine Advocate a los niveles de popularidad que hoy tiene? ¿Y a Parker a ser una marca global de la prescripción?

Creo que la base es que han sabido encajar con el gusto del consumidor americano. Y a la vez, se han abierto al mundo, no sólo se han enfocado a un mercado, sino que han querido crecer en otras partes del mundo como en Asia. Es un cambio natural. Como así mismo lo es el propio Parker que es una persona muy normal, con sus propios gustos. Lo que hay alrededor de él es lo que lo ha sacado de madre y lo ha hecho todo un poco artificial.

“Lo que hay alrededor de Parker es lo que lo ha sacado de madre y lo ha hecho todo un poco artificial. Él es una persona muy natural”.

¿Cuáles son los principios por los que se rige su plan de catas y de valoración?

Ahora mismo estoy yendo por diferentes zonas de España cubriendo aquellas que no se habían publicado. Antes había un solo artículo sobre España al año y ahora hay más zonas. Encuentro en ello mucho más sentido. Alicante, Jumilla o Yecla se pueden entender como sureste. Galicia y Bierzo tienen muchas cosas en común. Ahora mismo hago una lógica geográfica con sentido. Y luego seguiré con Chile y Argentina. Pruebo muchas cosas, pero no sé todavía lo que saldrá o no. Estoy buscando elementos singulares.

¿Cómo ve la situación general en España? ¿Somos competitivos?

Creo que fuera se conoce muy poco; mucho menos de lo que pensamos. Es duro pero la situación es complicada y el mercado muy limitado. Lo que da juego es combinar la diferenciación, la calidad y el precio y en eso tenemos más potencial de lo que estamos explotando. En precio competir con otros países donde los costes son bajos y para acabar haciendo el mismo producto, no tiene sentido.

Creo que en España faltan vinos que ofrezcan personalidad y calidad.

Hay que ser realistas en este sector. No somos el centro del universo y hay por tanto que seguir trabajando. La gente está abierta, pero hay que conocer los vinos del resto del mundo, no encerrarse en las bodegas y aprender dónde queremos ir.

“Lo que da juego es combinar la diferenciación, la calidad y el precio”

Las Denominaciones de Origen españolas no son conocidas en EEUU, pero ¿cree que el consumidor es receptivo? ¿Podemos aportar algo?

Hay un interés por lo español. Pero hay que hacer una gran labor de comunicación y educación. Yo no sé cómo se hace, porque a mi lo que me gusta es el vino en sí: probar zonas nuevas, buscar diversidad y eso es lo que tenemos que ofrecer.

La valoración de la monastrell está en alza, cree que es una diferencia importante en estos mercados.

La monastrell se conoce poquísimo, pero sabemos que tenemos un gran potencial con ella, con su historia, con todo lo que sucede en su entorno… pero nos falta venderla mejor.

“En Alicante hay posibilidades porque hay gama y algunos productos muy especiales. Me aburre que todo sea igual y esta diversidad me parece estupenda”

¿Como ve la situación de la Denominación de Origen Protegida Alicante en estos momentos?

Lo que he visto es que, por las diferentes zonas, las características de clima, uvas, suelo, etc. hay muchas posibilidades. Y hay posibilidades porque hay gama y algunos productos muy especiales: como los monastrelles de viñas viejas de secano, los moscateles dulces, algunas garnachas de zonas altas muy frescas, los Fondillones únicos… me aburre que todo sea igual, y esta diversidad me parece estupenda. Otra cosa es la distorsión de los precios que puedan encontrar los vinos en el mercado estadounidense.

¿Y al consumidor español, nuestros lectores, qué les diría sobre el mundo del vino?

Creo que la situación es más interesante que nunca: se han recuperado zonas, uvas despreciadas, hay más variedad que nunca en tipos y además, los precios no se han desorbitado. Yo mismo hace 10 años no habría sido capaz de hablar de vinos españoles.

Hay historias apasionantes detrás de cada vino: la gente, el terreno, cómo son los viñedos,.. Eso es lo bonito que lleva a abrir botellas.

Algo así como hay una película dentro de cada botella – Incluso es más barato que ir al cine…

Algo así. Hay que divertirse con el vino español y podemos hacerlo.

“Hay que divertirse con el vino español y podemos hacerlo”