Sobre el conocimiento y el aprecio de los vinos en general y los vinos de Alicante en particular… (II)
12 Jul 2012 Sobre el conocimiento y el aprecio de los vinos en general y los vinos de Alicante en particular… (II)
[… continuación de artículo I]
La DOP Alicante está reconocida por la ORDEN 5/2011, de 16 de noviembre, de la Conselleria de Agricultura, Pesca, Alimentación y Agua, por la que se aprueba el texto del reglamento y pliego de condiciones de la Denominación de Origen Protegida Alicante y su consejo regulador. El ANEXO II de esta Orden establece el Pliego de condiciones de la Denominación de Origen Protegida Alicante. En este Anexo se detallan todos los datos necesarios según el Artículo 118quater del Reglamento nº 491/2009 (ya citado). Es decir, es esta Orden se encuentran detalladas las características diferenciadoras de los vinos amparados bajo la DOP Alicante y que los hacen merecedores de protección a nivel europeo por su calidad. Este nivel de protección es el máximo que otorga la Unión Europea a los productos agroalimentarios.
Alicante es tierra de vinos. Existe una historia y una experiencia que se remonta a más de 3000 años. Testimonios hay que prueban que la vid entró a la Península Ibérica desde las civilizaciones del mediterráneo oriental y sur, a través de los puertos de Torrevieja y Denia. De hecho, hay lagares antiguos en la zona de Crevillente. La plaga de filoxera no afectó a esta zona a finales del XIX y por lo tanto, se produjo un auténtico boom económico en la región que exportó vinos a todo el mundo mientras zonas del sur de Francia, Italia u otras regiones españolas perdieron viña. De hecho, hay todavía en la zona viñedos de pie franco anteriores a la filoxera, una auténtica reliquia para muchos expertos. Esa es la llamada “época de oro” de los vinos de Alicante, que ayudaron a que el puerto de la capital se convirtiera en un centro de negocios destacado en el mediterráneo, y un lugar de inmigración de burguesía foránea que aprovechó de forma considerable este desarrollo. La zona de producción se extiende por diferentes comarcas de toda la provincia, en comarcas con climas diferentes: desde la más húmeda y de suelos ricos de La Marina Alta a la sobriedad y sequedad de algunas zonas del Vinalopó, pasando por una zona intermedia como el Comtat.
Debe señalarse, según datos de su Consejo Regulador, que se han cosechado en la vendimia 2011 más de 33 millones de kilogramos de uva en la zona amparada por la DOP Alicante durante esta vendimia. El 87,19% ha correspondido a variedades tintas y el 12,81% a blancas. El 91% es recogido por las 13 cooperativas asociadas y el resto de kilos por las 30 bodegas particulares, una cifra eso sí, que aumenta cada año. En el cierre de la campaña 2010-2011 se ha registrado un notable aumento de vinos embotellados comercializados con DOP Alicante. En total, han sido más de 11 millones de botellas las que se han comercializado durante esta campaña (un incremento del 14,20% respecto a la campaña anterior).
Hablando de Historia, pocos saben, aunque ya ha sido documentado, que Fernando el Católico en 1510 prohibió la distribución en Alicante de vinos procedentes de otras tierras. Felipe II en 1596 confirma el privilegio anterior:
“La Collita de Vi sia la Mes principal de la qual se sustenta molta gent així principal com plebeyos”.
Todos estos privilegios vienen dados para proteger el vino autóctono ya que la fama de ellos había traspasado nuestras fronteras, tal como relata Jerónimo Múnzer, que en 1492 en su libro “Itinerarium sive prereginatio per Hispaniam …”, escribe, refiriéndose a Alicante,
“en la parte oriental de esta tierra elabórase mucha cantidad de vino blanco, pero es aún mas el que llaman tinto de Alicante, de gran mercado en Inglaterra, Escocia, Flandes y otros lugares de Europa… el día que paramos en la ciudad vimos en el puerto 26 naves de Vizcaya, de Flandes y de otros países que iban por cargamento de vino”.
En el siglo XIX, prácticamente todos los pueblos de la provincia tenían superficies dedicadas a este cultivo (aunque quizá fuese debido a que el vino era más sano que el agua en aquella época). Algunos afirman que se crea en Cocentaina la primera estación enológica de España para intentar frenar la llegada de la filoxera a estas zonas aunque este hecho no está plenamente documentado.
Los Vinos de Alicante ya eran conocidos internacionalmente con su propio nombre y hacían alusión a vinos “ardientes”, de gran carga alcohólica, con mucho color, mucho cuerpo y junto a ellos, vinos nobles, vinos añejos que paseaban por las mejores casas reales europeas por su nobleza y personalidad. Así, parece ser que alrededor de 1900 todavía se decía por parte de los importadores clásicos de Inglaterra “Scotland and Ireland are claret countries, but England… England is an Alikant country”.
También, parece ser que el Duque de Saint Simón, cuenta el Rey Sol, Luis XIV de Francia, estaba a las puertas de la muerte consumido por la gangrena y sólo admitía como alimento bizcochos mojados en vino de Alicante.
El Doctor Cabanes, en su obra “Le mal hereditaire”, dice refiriéndose a Isabel de Farnesio, esposa de Felipe V, que
“hacía seguir a su real marido un régimen de especias y guisos de carne y vino de Alicante, que le tenía en un enervamiento continuo, bajo el dominio de sus caricias o negativas, mediante ingredientes que reavivan el amor a expensas de la vida”.
Si miramos a la Literatura, Alejandro Dumas, en el capítulo LV de su novela “El Conde de Montecristo”, (1845) nos relata la visita que el conde realiza al mayor Cavalcantí, el cual para agasajarlo le da a elegir entre un Xerez, un Oporto y un Vino de Alicante, eligiendo el conde, un Alicante preferido también por el mayor, que se solidariza así con la elección de Montecristo:
-No importa, señor conde. ..
El mayor tomó un sillón y se sentó.
-Ahora -dijo el conde-, ¿queréis tomar alguna cosa? ¿Un vaso de Jerez, de Oporto, de Alicante?
-De Alicante, puesto que tanto insistís, es mi vino predilecto.
-Lo tengo excelente; con un bizcochito, ¿verdad?
-Con un bizcochito, ya que me obligáis a ello.
Montecristo llamó; se presentó Bautista, y el conde se adelantó hacia él.
-¿Qué traéis? -preguntó en voz baja.
-EL joven está ahí -respondió en el mismo tono el criado.
-Bien, ¿dónde le habéis hecho entrar?
-En el salón azul, como había mandado su excelencia.
-Perfectamente. Traed vino de Alicante y bizcochos.
Bautista salió de la estancia.
-En verdad -dijo el mayor-, os molesto de una manera…
-¡Bah!, ¡no lo creáis! -dijo Montecristo.
Bautista entró con los vasos, el vino y los bizcochos.
El conde llenó un vaso y vertió en el segundo algunas gotas del rubí líquido que contenía la botella cubierta de telas de araña y de todas las señales que indican lo añejo del vino. El mayor tomó el vaso lleno y un bizcocho.
El conde mandó a Bautista que colocase la botella junto a su huésped, que comenzó por gustar el Alicante con el extremo de sus labios, hizo un gesto de aprobación, a introdujo delicadamente el bizcocho en el vaso.
Emilio Salgari, en su “Yolanda, la hija del Corsario Negro”, (1905) en el capítulo I (La Taberna del Toro), nos cuenta:
Oyendo a los espectadores murmurar y viéndose blanco de tantas coléricas miradas, los dos aventureros alzaron los espadones, se acercaron de puntillas a una mesita situada en el ángulo más obscuro, y pidieron al mozo que acudió a servirles un frasco de Alicante.
En el capítulo II (El secuestro del Plantador) sigue:
—Debemos representar nuestro papel de aventureros, y ya sabéis que la gente de esa ralea tiene siempre al gaznate seco. He aquí dos veneradas botellas de Alicante que prometen mucho. ¡A vuestra salud, señor! ¡Por Baco! ¡Cae como si fuese rocío! ¡Ni el ilustrísimo señor Presidente de la Audiencia Real lo bebe mejor! ¡Ah! Decía, pues, que vos, que frecuentáis la casa del Gobernador, podríais darme preciosos datos.
…
—¡Ah, ya! ¡El Presidente! ¡El secreto! —balbuceó don Rafael abriendo los ojos—.
¡Excelente Alicante! ¡Otro vaso, señor Manco!
—Ya no estamos en la taberna, mi querido señor —dijo Carmaux—. Si queréis, volveremos a vaciar otras dos o tres botellas.
—¡Excelente, exquisito!
Y así ocho veces más…
Es necesario, al hablar de la Historia y de la Literatura de los vinos de Alicante mencionar el Fondillón, vino alicantino que ha ocupado las mejores mesas del mundo. Viene definido en el Reglamento (CE) nª 607/2009 como: Vino de «Alicante» con DOP, elaborado con uvas de la variedad Monastrell, sobremaduradas en la cepa y con excepcionales condiciones de calidad y sanidad. En la fermentación se utilizarán únicamente levaduras autóctonas y la graduación alcohólica adquirida (mínima de 16 % vol) deberá ser, en su totalidad, natural. Envejecido al menos diez años en barricas de roble.
El Fondillón fue el vino de mesilla de noche del pianista polaco Frédéric Chopin y de su amante Aurore Dudevant, (George Sand). Ella cuidó de Chopin durante sus últimos años de enfermedad, preparándole Clafoutis de manzanas (una especie de crêpe relleno de manzanas horneadas que, parece ser, tomaban con Fondillón) Aunque se debe tomar esta referencia con cuidado… ya que no está tampoco documentada.
El nombre, parece ser, proviene del poso, madre o lías que se forman en el fondo de los barriles (fudres) y que dan las características adecuadas a los estos vinos. Otra teoría dice que debido a la larga crianza de estos vinos rancios, los fudres se arrumbaban en el fondo de la bodega, llamándoles de forma coloquial “fondillón”. En cualquier caso, este es el vino valenciano, alicantino para más señas, más grande de nuestra Historia, con más prestigio y calidad de todos cuantos existen, incluso hoy en día, aunque no en su tierra… A pesar de ser un vino que ha estado al borde de la desaparición, la Unión Europea lo ha reconocido como uno de los vinos comunitarios con derecho a nombre propio. Otros vinos son el champagne, el cava, el jerez, el oporto y el tokaj.
El botánico Antonio Cavanilles en su “Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del reino de Valencia” (1795-1797), escribe,
“las hojas del Monastrell, son de un verde oscuro, y las del Parrell blanquecinas por abaxo, hállanse más contiguas y en mayor número los granos de Parrell que los de Monastrell, y por eso algunos cosecheros adulteran el vino llamado de Alicante, mezclando una de las dos calidades, parecidos en color. El verdadero Alicante debe hacerse de uvas de Monastrell, y de aquellas resulta aquel vino, espeso, de un sabor dulce, con alguna aspereza, tan estimado en todas las naciones”.
Después de lo expuesto, no debe quedar el lector con la falsa imagen de que los vinos de Alicante son vinos “pasados”. Nada está más lejos de la realidad.
Recuerdo dos anécdotas de las que fui testigo…visitando una bodega alicantina junto a una Master of Wine inglesa, el bodeguero nos invitó a pasar a la Sacristía para probar unos fondillones. Sólo oliendo la copa… la inglesa me obligó a preguntar al bodeguero cuánto quería por el barril puesto en Londres…Tuvimos que sacarla de allí entre los dos con “amables” empujones…
Otro día, esa misma señora, en otra bodega, me pidió gestionarle una estancia allí para aprender… El bodeguero le había dicho, tras la visita a la finca y a la bodega,… mirándola a los ojos y sonriendo… “Yo hago los vinos que llevo en el corazón”.
Alicante produce vinos blancos, …se cultivan, vinifican y combinan las originales, Macabeo, Merseguera, Moscatel de Alejandría, Planta Fina y Verdil con otras internacionales como la Chardonnay y la Sauvignon blanc… Vinos rosados de monastrell que son perfectos para nuestro verano,… Tintos de Garnacha Tinta, Garnacha Tintorera, Monastrell, Tempranillo, Bobal, Cabernet Sauvignon, Merlot, Pinot Noir y Syrah, siendo la Monastrell la que da personalidad a la zona y a la que pertenece el 66% del viñedo. …Jóvenes y con crianza…, Vinos dulces…
Tiene Alicante bodegas innovadoras, enólogos y viticultores que están a la vanguardia del mundo vitivinícola actual…
Quizá, sea necesario, de nuevo, invertir los términos de la frase de Antonio Machado, con la que empezó este artículo a base de información, formación, divulgación… para conseguir que en los hoteles y restaurantes de Alicante… se ofrezcan como vino de la casa (aunque a veces, llama la atención lo malo que es algo que ellos llaman “de su casa”… pero eso es otra historia) o como vino por copas, vinos de Alicante… o que el consumidor los reclame… como hacía el mayor Cavalcantí…
Y, conseguir además que, en casa… se mariden los vinos de Alicante con los guisos de la tierra y los turrones y los postres con los vinos dulces y el fondillón…y poder decir como relata Francisco Martinez Montiño, cocinero mayor de Felipe II, y quizá el mejor cocinero de su época, en sus escritos titulados “Conduchos de Navidad”, que cita la anécdota de unos nobles embajadores japoneses que en su visita a España, a finales del siglo XVI, y al ser obsequiados con Fondillón exclamaron:
“¡Pero si este es el famosísimo “Vino de Alicante” que tanto renombre tiene en diversos países!”
Aunque… ahora que nadie nos oye… Esta obra es de José Guardiola y Ortiz, que en 1972, escribió el libro en un castellano antiguo, dotándola de cuantas aprobaciones y licencias fueron necesarias, dedicando a obtenerlas el tiempo que transcurre desde el quince de julio de 1585 al tres de septiembre del mismo año., como parte de otro titulado “Conduchos de Navidad y Gastronomía Alicantina” recopilando una serie de trabajos suyos publicados en un semanario dedicado a propagar las hogueras de San Juan…
Autor: David B. López Lluch, Dr. Ingeniero Agrónomo. Profesor de Estructura, Política y Normativa Vitivinícola. Universidad Miguel Hernández de Elche